“We had the experience but missed the
meaning. And approach to the meaning restores the experience in a different
form.”
T.S.
Eliot
“La realidad está tejida de ficciones.”
Ricardo Piglia
Me desperté tarde, aunque tuviera sed no me fui a cocina, automáticamente
me fui al baño. Me coloqué bajo la regadera y creo que ahí satisfice un poco mi
necesidad. Tendría que devolver unos libros en la biblioteca pública, uno sobre
hermenéutica de Paul Ricoeur que no entendía y el otro era unos cuentos de
Onetti. El chorro me limpió los mal humores acumulados desde hace rato. Cuando
elegí el trabajo con mi Profesor favorito en la universidad, lo quería seducir
con mi escritura, buscaba su reconocimiento, no sabía que iba a tener tantas
dudas a respecto de la ficción, o lo mejor, de la novela contemporánea. Me
vestí y luego estaba en la calle, con los libros en mi morral, en busca de un
bar donde tomar un desayuno honesto. Nunca
había escrito un trabajo sobre una
novela clásica entonces no me sentía apto a investigar sobre algo tan
contemporáneo, comparaba lo que hasta entonces había pensado con las clases de
la nueva profesora sobre El Astillero, pues
yo también lo había leído en Lima por me parecer un autor muy importante para
Toscana. Mientras tomaba mi jugo de
naranja y comía un sándwich de jamón y queso, pensaba en lo que había dicho a
la nueva maestra, quizá David Toscana no tendría los artificios de un Onetti o
a la vez yo no era un lector experimentado. También me pregunto se escoger a Duelo por Miguel Pruneda no había sido
un equívoco. A final Los Puentes de
Konigsberg, El Último Lector o Estación Tula eran más osadas y
pretenciosas. Creo que me preocupo en vez de ocuparme y no salgo del lugar por sospechar
de las calidades formales y estilísticas de la novela y a la vez desanimarme
por mi ingenuidad como lector. Después de mi desayuno empecé a leer a Onetti y
me topé con calculé que nos separaban
veinte metros y menos de treinta años, sin duda esto es literatura. La
nueva profesora nos había recomendado que leyéramos “La cara de la desgracia.”
Luego vuelvo al tema del fracaso, del insólito, y de la violencia. No puedo desistir, encontré
a Raquel en la biblioteca, siempre
guapa, leía Profanações de Agamben un
libro que ya había leído y pretendo utilizar en mi investigación. Quizá hay una
investigación, a ver lo que pasa.
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