quarta-feira, fevereiro 20, 2019

Cursilerías, Remedios y yo


Entre cartas de amor, cadáveres exquisitos, golondrinas ardorosas sueño Remedios. Remedios se encuentra en el salón D. En el piso de arriba, por supuesto, en el museo de arte moderna en Chapultepec. Remedios flota en sus sueños, en mis sueños, en nuestros sueños de perros románticos, aquí, o mientras trabajamos, rezamos y estudiamos en la madrugada, juntos. Remedios sigue flotando en sus sueños, sus tintas, vapores, estrellas, metáforas, hipérbatos. Sigue huyendo de sí, consigo. Sus máscaras, cachivaches, maquinarias, carricoches, barcos, su biblioteca, sus pequeñas chucherías son sus huellas. Pero Remedios Varo habita sus pesadillas voluntariamente, Remedios habita nuestras pesadillas voluntariamente. Óleo sobre masonite, Remedios nos habita voluntariamente. Remedios y sus golondrinas ardorosas nos habitan pues la pintura, tal cual la poesia, es para valientes pues las cosas casi siempre andan gruesas. Remedios deambula en la madrugada por la Ciudad de México mientras un globo en mi pecho explota iluminando esta ciudad, o, a lo mejor, es la Luna.

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