Hace unos seis meses, me compré un libro de Orides Fontela en la librería Martins Fontes, en la Avenida Paulista. Luego lo hojeé durante unos días y lo dejé en mi estante. Mis primeras impresiones fueron que su escritura parecía impactante y, a la vez, dura. Lo dejé en el estante por cuenta de mis obligaciones y otras lecturas, y por causa del trabajo. Después, volví a leerlo. Lo volví a releer durante las vacaciones y ahora puedo tomarme mi tiempo y disfrutar de la escritura. Aún me sigue causando la impresión de ser impactante y dura, pero la disfruto mucho más que antes. Lo que me atrajo de su escritura, primeramente, fue su intensidad y su profundidad. También me llamó la atención la historia que conocía sobre su biografía.
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