Hoy hice un amigo, pues. Leía en el camión un libro muy chingón. Luego un joven muchacho se sentó a mi lado. Primero, buscó quitar a su celular. Después sacó un libro. Yo apenas guardaba mi novela. Luego, después de un rato, es decir, antes de bajarme, empecé una plática con el jovencito, pues. Por azar, conocía el autor de su libro, una novela brasileña poco conocida quizás. Además había un chiste sobre el autor que tenía muchas ganas de platicarle, o sea, sobre el autor y sus influencias. Se lo dije
quarta-feira, julho 18, 2018
Pequeños milagros o simplemente diálogos accidentales
Hoy hice un amigo, pues. Leía en el camión un libro muy chingón. Luego un joven muchacho se sentó a mi lado. Primero, buscó quitar a su celular. Después sacó un libro. Yo apenas guardaba mi novela. Luego, después de un rato, es decir, antes de bajarme, empecé una plática con el jovencito, pues. Por azar, conocía el autor de su libro, una novela brasileña poco conocida quizás. Además había un chiste sobre el autor que tenía muchas ganas de platicarle, o sea, sobre el autor y sus influencias. Se lo dije
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