segunda-feira, julho 11, 2011

Casi Nunca


Es dificil saber si en los miles de millones de movimientos de rotación y traslación de la tierra, ésta se hubiese desviado un poco de su órbita o hubiese sufrido un leve ladeo. Tal conjetura viene a cuento porque para octubre de 1946, al menos en la región central de Coahuila, hacía un calor de los mil demonios. El desconcierto de la gente era tan grande como para prever que el clima no iba a cambiar en noviembre ni en deciembre, siendo que muchos fantaseaban con la posibilidad de celebrar la navidad sudando y abanicándose. Lo que nunca había ocurrido, ahora sí y ! ni modo!: el desplazamiento climático era un hecho y tal vez hasta enero, o quizás hasta febrero, comenzaría el frio, no tanto como para enchamarrarse empeoradamente, pero sí algo. Incluso no faltaban algunos que pensaran que el veredadero clima gélido (de siempre) empezaría en marzo o en abril del año siguiente, y lo más exagerado era que algunos cuantos pensaran que ya nunca haría frío sobre la faz de la tierra y que tampoco llovería (ni de broma) y blablablá;


CASI NUNCA – Daniel Sada

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