sábado, setembro 17, 2011

Se acordar de Larsen



“We had the experience but missed the meaning. And approach to the meaning restores the experience in a different form.”
T.S. Eliot
“La realidad está tejida de ficciones.”
Ricardo Piglia

Me desperté tarde, aunque tuviera sed no me fui a cocina, automáticamente me fui al baño. Me coloqué bajo la regadera y creo que ahí satisfice un poco mi necesidad. Tendría que devolver unos libros en la biblioteca pública, uno sobre hermenéutica de Paul Ricoeur que no entendía y el otro era unos cuentos de Onetti. El chorro me limpió los mal humores acumulados desde hace rato. Cuando elegí el trabajo con mi Profesor favorito en la universidad, lo quería seducir con mi escritura, buscaba su reconocimiento, no sabía que iba a tener tantas dudas a respecto de la ficción, o lo mejor, de la novela contemporánea. Me vestí y luego estaba en la calle, con los libros en mi morral, en busca de un bar  donde tomar un desayuno honesto. Nunca  había escrito un trabajo sobre una novela clásica entonces no me sentía apto a investigar sobre algo tan contemporáneo, comparaba lo que hasta entonces había pensado con las clases de la nueva profesora sobre El Astillero, pues yo también lo había leído en Lima por me parecer un autor muy importante para Toscana. Mientras tomaba mi jugo de naranja y comía un sándwich de jamón y queso, pensaba en lo que había dicho a la nueva maestra, quizá David Toscana no tendría los artificios de un Onetti o a la vez yo no era un lector experimentado. También me pregunto se escoger a Duelo por Miguel Pruneda no había sido un equívoco. A final Los Puentes de Konigsberg, El Último Lector o Estación Tula eran más osadas y pretenciosas. Creo que me preocupo en vez de ocuparme y no salgo del lugar por sospechar de las calidades formales y estilísticas de la novela y a la vez desanimarme por mi ingenuidad como lector. Después de mi desayuno empecé a leer a Onetti y me topé con calculé que nos separaban veinte metros y menos de treinta años, sin duda esto es literatura. La nueva profesora nos había recomendado que leyéramos “La cara de la desgracia.” Luego vuelvo al tema del fracaso, del insólito,  y de la violencia. No puedo desistir, encontré a  Raquel en la biblioteca, siempre guapa, leía Profanações de Agamben un libro que ya había leído y pretendo utilizar en mi investigación. Quizá hay una investigación, a ver lo que pasa.

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